La herida del abandono: cómo reconocerla y sanarla
- Elisa Coda
- 3 feb
- 2 Min. de lectura
La herida del abandono es una de las más profundas que podemos experimentar, afectando nuestra capacidad de confiar en los demás, sentirnos seguras y, sobre todo, amarnos a nosotras mismas. Esta herida se origina en la infancia, cuando vivimos situaciones en las que nos sentimos emocionalmente desatendidas o desconectadas de quienes nos cuidaban, como padres ausentes, negligencia emocional o incluso la pérdida de un ser querido. El dolor de esta herida puede acompañarnos a lo largo de la vida, influyendo en nuestra forma de relacionarnos y de ver el mundo.
¿Cómo se manifiesta la herida del abandono?
Las señales de que esta herida está activa en nuestra vida incluyen:
Miedo al rechazo: Tendemos a evitar relaciones profundas por miedo a ser abandonadas o rechazadas.
Dificultad para confiar: Nos cuesta abrirnos a los demás, incluso cuando sabemos que pueden ser confiables.
Inseguridad y baja autoestima: Nos sentimos insuficientes o no merecedoras de amor y afecto.
Relaciones inestables: Nos encontramos en relaciones que refuerzan nuestro temor al abandono o, por el contrario, evitamos cualquier tipo de compromiso.
Cómo el Reiki ayuda en la sanación de esta herida
El Reiki es una herramienta maravillosa para sanar la herida del abandono, ya que trabaja con la energía vital que fluye a través de nuestro cuerpo y campo energético. Al recibir Reiki, podemos liberar bloqueos emocionales y energéticos que nos mantienen atrapadas en el dolor de la herida del abandono. El Reiki actúa directamente en los centros de energía que están relacionados con el corazón y las emociones, ayudándonos a sanar de manera profunda.
Reiki y el chakra corazón: El abandono afecta el chakra del corazón, que es el centro del amor y la compasión. Con Reiki, podemos equilibrar este chakra, permitiendo que la energía fluya libremente y que el corazón se abra al amor propio y a la confianza.
Liberación de traumas emocionales: A través de Reiki, se pueden disolver patrones emocionales y recuerdos que se han quedado grabados en nuestro cuerpo energético, ayudándonos a sanar la herida de la separación y restaurando nuestra sensación de seguridad y pertenencia.
Reconexión con el amor propio: Uno de los mayores regalos del Reiki es que nos ayuda a reconectarnos con nuestro amor interior, recordándonos que somos dignas de recibir y dar amor, sin miedo al abandono o al rechazo.
Sanación de relaciones pasadas: Muchas veces, la herida del abandono está relacionada con nuestras figuras parentales, especialmente con la madre. Reiki puede ayudarnos a sanar estos lazos energéticos y a encontrar paz en nuestra relación con nuestras raíces.
Conclusión
Sanar la herida del abandono es un proceso que requiere tiempo, compasión y el reconocimiento de nuestra propia valía. El Reiki es una herramienta poderosa que nos acompaña en este camino de sanación, ayudándonos a liberar el dolor y a abrir nuestros corazones al amor y la confianza. Si sientes que esta herida está presente en tu vida, el Reiki puede ser el primer paso para restaurar tu equilibrio emocional y encontrar la paz interior que tanto mereces.
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Con Amor, Elisa.
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